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ACCRA, Ghana (AP) - El presidente Barack Obama, quien dijo tener "la sangre de Africa dentro de mí", elogió y regañó al continente de sus antecesores el sábado al afirmar que las fuerzas de la tiranía y la corrupción deben ceder si Africa ha de encontrar un futuro mejor.
El primer presidente negro estadounidense habló con una franqueza de la que acaso sólo podía hacer gala un miembro de la familia africana.
"Ningún país creará riqueza si sus gobernantes explotan la economía para enriquecerse o si los narcotraficantes pueden comprar a la policía", afirmó.
"Ninguna empresa quiere invertir en un lugar donde el gobierno se lleva el 20% de la ganancia o el jefe de la Aduana es corrupto. Nadie quiere vivir en una sociedad donde el imperio de la ley es avasallado por el imperio de la brutalidad y el soborno. Eso no es democracia, eso es tiranía y debe terminar ya".
Añadió que "Africa no necesita caudillos fuertes sino instituciones fuertes".
"Sí, ustedes pueden", dijo el mandatario de Estados Unidos, adaptando su conocida consigna de la campaña electoral a un auditorio extranjero.
Frente al parlamento de Ghana, exhortó a las sociedades africanas a aprovechar las oportunidades para la paz, la democracia y prosperidad.
"Este es un momento nuevo y prometedor", dijo. "Para realizar esa promesa, debemos ante todo reconocer una verdad fundamental a la que ustedes han dado vida en Ghana: el desarrollo depende del buen gobierno. Ese es el ingrediente que ha faltado en demasiados lugares por demasiado tiempo. Ese es el cambio que puede desencadenar el potencial de Africa".
Hijo de una mujer blanca de Kansas y un pastor de cabras negro de Kenia que se convirtió en académico en Estados Unidos, Obama presentó un diagnóstico clínico de las oportunidades desaprovechadas en la Africa poscolonial.
Obama realizaba una visita de 21 horas a la nación del oeste africano para resaltar su tradición democrática y sus relaciones con Occidente. Legisladores de Ghana calificaron su primera visita presidencial al Africa subsahariana como un "reencuentro espiritual".
Antes del discurso en el parlamento, Obama dijo que los acontecimientos en Africa no terminan en las fronteras del continente y agregó que el continente africano es una parte totalmente integrada a la economía mundial.
"Lo que ocurre aquí tiene impacto en todo el resto", afirmó durante una reunión con el presidente de Ghana, John Atta Mills.
Posteriormente visitaba un hospital y un antiguo puesto de tránsito de esclavos, acompañado por su esposa Michelle, tataranieta de esclavos.
No se planeó ningún encuentro con público numeroso, en parte por temor a que se repitiera una estampida como casi ocurrió en 1998, cuando vino el presidente Bill Clinton.
"Puedo decir sin temor a equivocarme que todos los ghaneses desean verle. Ojalá me resultara posible enviarle a todo hogar en Ghana", dijo Mills, en un reconocimiento a la popularidad de Obama y su familia.
El público se agolpó en las calles el sábado por la mañana y muchos saludaron el paso de la caravana de Obama cuando se dirigió a una reunión en el Castillo Osu, la residencia presidencial. Una mujer salió de un café ondeando una banderita estadounidense mientras otros vendían carteles y camisetas con la imagen de Obama.