Benjamín Netanyahu.primer ministro Israelí- |
EL país.com
El presidente palestino apela al Consejo de Seguridad de la ONU
Israel vuelve a construir en los territorios ocupados. Eso no es una sorpresa, dado que la moratoria de 10 meses que el propio Benjamín Netanyahu, primer ministro israelí, impuso sobre la ampliación de los asentamientos expiró el pasado 26 de septiembre. Lo curioso consiste en que los planes para edificar 1.300 nuevas viviendas en Jerusalén Este (que Israel no considera territorio ocupado, pero el resto del mundo sí) y 800 en el asentamiento de Ariel, en pleno corazón de Cisjordania, hayan sido conocidos justo cuando Netanyahu se encuentra en Estados Unidos, y la víspera de su reunión con la secretaria de Estado, Hillary Clinton. Algo similar ocurrió en marzo, cuando el vicepresidente estadounidense, Joe Biden, visitaba Israel y se eligió ese momento para anunciar otra ronda de construcciones.
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Fuentes del Gobierno israelí ven un intento de sabotear el diálogo
El presidente Barack Obama ha señalado que la reanudación de la construcción "no ayuda" a las negociaciones con los palestinos, que ya suspendieron todo contacto directo a finales de septiembre, cuando Netanyahu se negó a prorrogar la moratoria. La secretaria de Estado, Hillary Clinton, que hoy se reúne en Nueva York con Netanyahu, dirá probablemente algo parecido.
Los negociadores palestinos consideran que los planes inmobiliarios, con los que Israel reduce palmo a palmo el territorio palestino y la posibilidad de que un futuro Estado palestino tenga su capital en Jerusalén, confirman el poco interés de Netanyahu en alcanzar un acuerdo de paz basado en la coexistencia de dos Estados. "Esperábamos que Netanyahu aprovechara su visita a Washington para anunciar una nueva moratoria sobre la construcción, pero lo que ha hecho ha sido demostrar que opta por los asentamientos y no por la paz", afirma el negociador Saeb Erekat.
El presidente de la Autoridad Nacional Palestina y máximo dirigente de la OLP, Mahmud Abbas, intentará conseguir que el Consejo de Seguridad de la ONU se reúna para discutir la colonización israelí en los territorios ocupados. La Autoridad Palestina tiene un rango de simple observador en la ONU, pero varios países árabes se muestran dispuestos a pedir la reunión del Consejo. Cuesta imaginar, sin embargo, una resolución contra Israel, dado el poder de veto estadounidense.
El Ayuntamiento de Jerusalén explica que hace falta construir en la ciudad, a un lado y a otro de la antigua "línea verde" divisoria, para frenar el éxodo de ciudadanos laicos y evitar que Jerusalén (o Al Quds, La Santa, en árabe) se convierta en poco tiempo en una urbe poblada exclusivamente por judíos ultraortodoxos y palestinos, dos grupos que apenas pagan impuestos.
El Gobierno, por su parte, insiste en que Jerusalén es la capital del Estado (cosa que no reconoce ningún otro país del mundo) y en que no ve inconveniente en seguir construyendo casas para israelíes en cualquiera de sus barrios.