El MUNDO.es
"Los jóvenes revolucionarios han escrito una página épica y heroica de nuestra historia", proclamó este lunes el presidente del Consejo Nacional de Transición (CNT) Mustafa Abdeljalil, desde Bengasi. Seis meses y miles de muertos después, los rebeldes acarician el sueño de una Libia liberada de los designios de un viejo excéntrico y su familia. "La era Gadafi es pasado", agregó el líder insurgente.
No obstante, los enfrentamientos continúan en las calles de la capital, epicentro desde última hora del sábado de la Operación rebelde 'Amanecer de la sirena'. "No podemos decir que nuestros revolucionarios hayan tomado el control total de Trípoli. Bab El Aziziya [donde se encuentra el complejo residencial] y algunas zonas cercanas todavía no están bajo nuestro control... No sabemos si Gadafi está allí", dijo Jalil. "Cuando subí las escaleras y miré desde la azotea, no vi nada de Bab El Aziziya [...] La OTAN lo ha destruido todo y ya no queda nada", relató a Ap Muamar al-Warfali, un vecino de la capital. Entretanto, refuerzos rebeldes están llegando a Trípoli por mar desde el norte, así como por tierra desde el sur y el sureste.
Resistir hasta que se pierda el último centímetro de tierra. Fue una de las consignas lanzadas por Gadafi a los suyos en uno de sus discursos sonoros del domingo. Fuerzas leales al líder libio incluso han disparado tres misiles Scud desde la ciudad de Sirte, al este de la capital, según ha revelado un funcionario del departamento de Defensa norteamericano y ha confirmado más tarde la OTAN, que ha derribado uno de esos misiles con un avión de combate.
Desde Nueva York, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, instó este lunes a los últimos acólitos del dictador a deponer "inmediatamente" las armas y permitir el inicio de una transición en la que ya trabaja el CNT y las potencias occidentales.