Cruz Roja: 'Nos esperamos el drama más absoluto'
- El 50% de los edificios podría haberse desplomado'
- Una marea humana se agolpa a las puertas de los hospitales
"El peor lugar donde podría haber ocurrido un terremoto en Haití es Puerto Príncipe". Lo dice la delegada de Cruz Roja para Haití y República Dominicana, Pilar Palomino, mientras ultima la carga del convoy de ayuda humanitaria que partirá en breve desde Santo Domingo hacia Puerto Príncipe.
En esta caótica urbe de unos dos millones de habitantes, miles de personas sobreviven en condiciones de extrema pobreza, hacinadas en suburbios situados en cerros, que se han visto gravemente afectados por la catástrofe.
A pesar de que el seísmo de 7 grados ha convertido casi en misión imposible contactar con la capital haitiana, Pilar ha hablado con amigos y compañeros que residen en ella. Son testimonios individuales, a falta de una visión global y de un balance oficial, pero sus relatos hablan de horror y destrucción.
"El temblor duró bastante y las réplicas sucedieron durante horas. El impacto emocional en la población es terrible", señala esta gaditana.
Cientos de personas sin asistencia
"Un amigo que tiene una moto ha estado recorriendo la ciudad y afirma que viviendas, centros sanitarios, colegios, hoteles... han quedado gravemente dañados. Según sus estimaciones, un 50% de las casas podría haberse desplomado", dice Pilar, a quien le han contado que "algunos hospitales han tenido que cerrar ante la avalancha de gente que se agolpaba a sus puertas".
La propia sede de Cruz Roja y la de Naciones Unidas también han resultado afectadas. "Me consta que en el complejo de la ONU queda gente y están aprovechando para usar los pocos ordenadores que aún funcionan para enviar mensajes a amigos y familiares y decirles que están bien. Creo que aún no han iniciado ningún tipo de coordinación de la ayuda a los afectados".
Aunque se desconoce el estado de las carreteras, el convoy de Cruz Roja tratará de llegar a Puerto Príncipe. Por delante, cerca de 500 kilómetros de incertidumbre. El trayecto, que habitualmente dura unas seis horas, puede ser eterno.
Pilar lleva dos años trabajando en la zona y ha participado en varias emergencias, pero sabe que se enfrenta a la peor de todas. "Desde el punto de vista de infraestructuras y tráfico Puerto Príncipe es un caos normalmente. Debe estar imposible. Nos esperamos el drama más absoluto".