03-03-2011 / 15:11 h
El otro es el presidente de Sudán, Omar Hasan al Bachir, imputado por genocidio en relación con los crímenes cometidos en la región de Darfur y sobre quien pesa una orden de detención de la Corte Penal Internacional desde julio de 2008, aunque se mantiene en el poder en su país.
La Corte Penal Internacional fue creada por iniciativa de la ONU en 1998 mediante el Tratado de Roma y empezó a funcionar el 1 de julio de 2002, con el objetivo de juzgar a los responsables de crímenes contra la humanidad, genocidio y crímenes de guerra.
Hasta ahora 114 países se han unido a la CPI, una Corte de última instancia que sólo puede actuar cuando las instituciones nacionales no tengan voluntad política o capacidad para hacerlo y que sólo investiga crímenes cometidos desde su creación.
Los procesos pueden ser incoados por un Estado, por el fiscal general o el Consejo de Seguridad de la ONU.
La pena máxima que puede imponer es de 30 años de prisión, y si la "extrema gravedad" del caso lo justifica, cadena perpetua.
La investigación de los crímenes de Gadafi será realizada por Luis Moreno Ocampo, fiscal jefe de la Corte Penal Internacional desde 2003, y a cuyo equipo pertenece el magistrado español Baltasar Garzón. EFE